¿Es su perro potencialmente agresivo?


¿Puedes percibir los signos de agresión en tu perro? Si bien cuando los perros fueron domesticados disminuyeron sus tendencias agresivas, en algunos pueden aflorar ciertos patrones de comportamientos primitivos bajo determinadas circunstancias.


perro agresividad

Esa mascota que se apoya cariñosamente en tus pies o se acuesta en el sofá junto a ti, tiene una herencia peligrosa. En su pasado evolutivo era un hábil depredador que cazaba y mataba a sus víctimas (incluidos seres humanos) valiéndose de su fuerte hocico y una compacta dentadura.

Lo cierto es que los perros domesticados generalmente deben tener una muy buena razón para morder y, en realidad, sólo hay un conjunto limitado de razones que desencadenan una respuesta de ataque, sobre todo cuando se trata de personas con las cuales convive.
En primer lugar, hay que entender que el principal propósito de la agresión no es lastimar, sino más bien cambiar un determinado comportamiento de la persona que le molesta al animal. Es por esa razón que los perros advierten claramente sus intenciones antes de actuar. La idea es que la amenaza por sí sola debería ser suficiente para cambiar el comportamiento, de forma que el hecho de morder sólo se produzca si se ignoran las señales agresivas.

Las señales que indican una amenaza o advertencia en perros incluyen:

  • Una mirada directa y prolongada
  • Arquear el cuerpo
  • Caminar con rigidez
  • Pelaje erizado
  • Esconder la cola (o rabo) entre las piernas o elevarlo por encima del tronco (espalda)
  • Gruñir
  • Mostrar los dientes
  • Que levante bruscamente las orejas y que queden rígidas en forma de V

Es muy común ver tales comportamientos en situaciones triviales, como cuando el animal quiere mantener la posesión de un objeto.
Esto tiene una explicación, este tipo de conductas son fácilmente observables en cachorros, pero por el hecho de ser cachorros, no lo vemos como un problema importante ni como una amenaza. Sin embargo, la cuestión aquí es que el perro cuando se hace adulto, los comportamientos agresivos que ha aprendido y desarrollado como cachorro no desaparecen. El animal ha asimilado que mediante el uso de la agresión puede conseguir lo que quiere o protegerse en una situación de estrés.
Es por ello que nosotros, los seres humanos, somos los que tenemos la responsabilidad de reconocer cuando dicho comportamiento se produzca.



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