Hijos, hijas, parejas y divorcios


Desde que existen estadísticas sobre divorcios en los distintos países, sociólogos, demógrafos y todos quienes manejan cifras de uniones y desuniones de parejas, se han dado cuenta de un dato que los psicólogos evolutivos ya sabían desde hace mucho tiempo: que aquellas parejas que tienen al menos un hijo varón, corren un riesgo significativamente menor de romperse.


Hijo hija pareja divorcio

Comúnmente se dice que la llegada de un hijo, ya sea niño o niña, refuerza los lazos de la pareja y que este hecho ayuda a que esa unión se haga más fuerte y por lo tanto más difícil de romper.
Pues bien, la realidad nos dice que este efecto es mucho más seguro si el hijo es un varón, ya que el padre se involucrará mucho más.


¿Por qué ocurre esto?

Desde el punto de vista evolutivo, para un hombre las posibilidades de conseguir pareja para aparearse están determinadas, en gran parte, por tres factores: estatus, riqueza y poder.
Mientras que esas mismas posibilidades para la mujer están determinadas por dos factores: juventud y atractivo físico.

Esto quiere decir que un padre debe asegurarse que su hijo va a heredar su riqueza, estatus y poder, sin importar los muchos o pocos recursos de los que disponga.
Más aún, un padre con escasos recursos, tiene que asegurarse que su hijo heredará la poca riqueza que éste tiene. Ya que cuanto más herede, mayor éxito reproductivo tendrá.


Es relativamente poco lo que un padre puede hacer para influir en el éxito reproductivo de su hija. Una vez que nace, el padre no podrá mantenerla joven siempre, ni podrá hacerla más atractiva físicamente.


La lógica evolutiva dice...

Por lo tanto, la lógica evolutiva afirma que el padre siente que su presencia es mucho más determinante para los hijos varones que para sus hijas mujeres.
En términos reproductivos, el padre no puede influir en nada en sus hijas mujeres, más allá de mantenerlas sanas y vivas.

En consecuencia, la presencia de hijos varones en la pareja, disminuye las probabilidades de la partida del padre ya que hace que este se involucre más, a diferencia que cuando su descendencia es solo de hijas mujeres.
Este efecto es más fuerte aún en las familias adineradas.



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