La ciencia del mínimo esfuerzo


¿Por qué el ser humano tiene la tendencia a hacer el mínimo esfuerzo posible? A modo de rezongo existe el refrán “No dejar para mañana, lo que se puede hacer hoy”, como señal de que tenemos la predisposición a no gastar calorías, a menos que la situación sea realmente importante.
Nuestros antepasados lejanos y la evolución de la raza humana, tienen mucho que ver.



Piense que en tiempos inmemoriales, el hombre para abastecerse de alimentos, una de las pocas alternativas que tenía era luchar con un animal y matarlo, para poder comer.
Perseguir y cazar a una fiera salvaje, requería un gasto de energía muy grande, eran tiempos dónde la dificultad para conseguir víveres era colosal, esto creó en el ser humano una conciencia de ahorro energético. Hacer el mínimo esfuerzo, conservar las calorías.

Los seres humanos hemos cambiado en muchos aspectos, hoy tenemos un acceso mucho más fácil a la comida que en aquellos tiempos, sin embargo, “hacer el mínimo esfuerzo” tiende a ser tenaz y resistente a los cambios, porque nos guste o no, seguimos apegados a nuestras raíces primitivas.

Gran parte de la industrialización y avances tecnológicos que gozamos hoy, están orientados a que gastemos la menor cantidad de calorías posibles, todo tipo de medios de transporte, electrodomésticos, etc. También, sin dudas, el florecimiento de costumbres como el de la comida rápida. Nuestra memoria genética nos ordena ahorrar la mayor cantidad de energía que se pueda.


El mínimo esfuerzo no afecta a todos por igual

A esta altura muchos dirán, esto en mi no funciona, yo trabajo, estudio, hago deportes y cumplo con todas mis tareas.
Todos tenemos impulsos naturales para ir por lo que es más fácil, pero algunos de nosotros somos más sensibles a la tensión y la búsqueda del placer que otros, es por ello que “el mínimo esfuerzo” no afecta a todos los individuos de igual manera.
Asimismo, la mayoría de los seres humanos tienden a restringir los impulsos cuando conducen a consecuencias negativas, y sabemos que si no estudiamos o trabajamos, el futuro puede que sea un poco complicado, además, a la larga, el adquirir una capacitación nos llevará a tener una tarea menos pesada y por lo tanto, ayudará a conservar la energía.


Para finalizar…

En la actualidad, desde que nacemos, aprendemos a adaptarnos a formas culturales, asimilamos que hay que cumplir responsabilidades, horarios, hay que ir a la escuela, hay que trabajar para obtener un sueldo, esto es porque somos buenos imitadores, copiamos lo que vemos. A través de la observación aprendimos como ser productivos para ganar una recompensa (sueldo), pero todo esto combinado con nuestra programación genética, o sea, hacerlo todo con el menor esfuerzo posible.
Es una especie de conflicto entre los comportamientos ancestrales que heredamos y la búsqueda de la comodidad de nuestros días.



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